Plan Nacional de Conectividad Digital Rural beneficiará a la Agricultura Familiar Campesina
Los países latinoamericanos tienen una gran apuesta que conlleva la responsabilidad con su futuro: discutir el modelo de desarrollo que se quiere y necesita para la región y para sus proyectos nacionales. El desarrollo realmente existente es lineal, creciente, explota la naturaleza y privilegia la acumulación privada- señala el teólogo Leonardo Boff. La categoría sostenibilidad, por el contrario, proviene de las ciencias de la vida y de la ecología, cuya lógica es circular e incluyente.
Representa- señala- la tendencia de los ecosistemas al equilibrio dinámico, a la interdependencia y a la cooperación de todos con todos. Como se deduce, son lógicas antagónicas: una privilegia al individuo, la otra al colectivo; una promueve la competición, la otra la cooperación; una la evolución del más apto, la otra la evolución de todos interconectados.
A escala mundial, la pandemia del coronavirus desencadenó una nueva crisis socioeconómica a nivel mundial que la invasión de Ucrania ha agravado y que está produciendo efectos devastadores para la consecución de los Objetivos planificados por la ONU. Esta triste situación evidencia el agotamiento de nuestro actual modelo de desarrollo y demuestra que la apuesta por un sistema global basado exclusivamente en el crecimiento económico resulta insostenible.
Uno de los aspectos que genera desigualdad es la brecha digital. El derecho del mundo rural a estar interconectados debe hacerse efectivo y formar parte constitutiva del pilar estratégico de desarrollo, principalmente por el rol del sector en la producción de alimentos que preservan y garantizan la continuidad de la vida.
El Plan Nacional de Conectividad Digital Rural se enfocará en las comunidades rurales y campesinas del país que no cuentan con acceso a Internet fijo y móvil. En Chile, la brecha digital en el mundo rural es evidente. Las regiones con penetración más baja del país son La Araucanía con 33%, Ñuble con 33,8% y Maule con 37,4%, precisamente las regiones con mayor potencial agrícola. Las comunas sin acceso o acceso parcial a banda ancha fija están en las zonas campesinas de Chile.
La realidad digital en Chile
El caso de Chile, según cifras de la OCDE (2019) existen 380.000 estudiantes de zonas rurales con bajo acceso a internet, y aproximadamente 1.500 localidades en nuestro país que están con cobertura y servicios deficientes, o prácticamente desconectadas. Según cifras de la OCDE, el país tiene un 12.5% de población sin conexión. A pesar de ello y esto da cuenta de realidad regional, Chile es el país mejor conectado de la región. Los indicadores de cobertura, penetración, acceso y uso están muy por sobre la mediana de varios países desarrollados. Un país donde no sólo existen más teléfonos móviles que personas, sino que además tenemos un promedio de consumo per cápita de 15 Gigabyte por mes de la red móvil y 353 Gigabyte en la red fija. Con el Gigabyte más barato en todo el continente (US$0,87), en contar con los proveedores de Internet de banda ancha fija más rápidos de toda América Latina (58.08 Mb/s), con la tasa más alta de comercio electrónico que impacta positivamente en medio punto del Imacec mensual.
Para mayor claridad, Flacso Chile: La brecha digital se define como la brecha que existe entre quienes tienen acceso a Internet y a dispositivos confiables y quienes tienen un acceso muy limitado o ninguno. Una referencia que ha quedado corta, ya que es imposible, a estas alturas de la evolución de Internet y de las tecnologías, remitirnos tan solo a la brecha material de acceso para hacer referencia a las características de la división o fractura digital. Así, es necesario distinguir que existen otros tipos de brechas: Una mental, aquella referida a la falta de experiencia digital elemental; otra de habilidades, sin la experiencia tecnológica, computacional, la que no se reduce al simple manejo de hardware y software, sino que es la capacidad de buscar, seleccionar, procesar, aplicar la información en una superabundancia de fuentes; y otra brecha de Uso, que es la carencia de oportunidades de uso. Brechas que deben ser sumadas al comportamiento de ciertas variables propias de las desigualdades sociales como los ingresos, ocupación, educación, género, procedencia étnica, localización geográfica, edad, estado civil, y su impacto en las variables de posesión, habilidades, uso y consecuencias.
Plan Nacional de Conectividad Digital Rural
Por lo mismo el impulso y la urgencia en implementar el Plan Nacional de Conectividad Digital Rural, el que contempla que el Ministerio de Agricultura, por medio de sus servicios asociados, articulen junto a la Subsecretaría de Telecomunicaciones -SUBTEL-, al ecosistema digital y a la institucionalidad del Estado, el esfuerzo público y privado para desplegar acciones e iniciativas que apunten a disminuir las barreras y brechas de acceso, cobertura, uso, accesibilidad, y aumentando competencias y habilidades que se expresan mayormente en los territorios rurales, avanzando en la universalidad, inclusión, equidad y acceso a la conectividad digital con mínimos básicos que permitan a la ciudadanía un bienestar digital digno y a una conectividad significativa.
“Agradecemos la presencia de la Subtel y del subsecretario Claudio Araya, porque es fundamental que la agricultura familiar campesina tenga acceso a internet de calidad, particularmente las mujeres y las comunidades que no tienen posibilidades de comercialización, de hacer trámites, de poder capacitarse en distintas modalidades on line y, por eso, hoy tenemos esta firma de convenio que dan paso a licitaciones y todo un trabajo para avanzar en esta línea”, celebró el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela.
Se pretende que a través del trabajo mancomunado de FUCOA, INDAP, SAG, CONAF, INIA, ODEPA, FIA, CIREN, junto a SUBTEL, los municipios, más la iniciativa privada y emprendedora se logre aplacar la brecha digital rural y dar paso a un Chile conectado y así poder levantar información desde los propios territorios, desplegar iniciativas oportunas y con una visión audaz y de gran alcance que contemple el diseño de políticas públicas focalizadas, expandir la infraestructura digital hasta lograr la conectividad universal, que pueda contener y crear ecosistemas digitales y tecnológicos regionales y también locales.
“A nosotros el ministro Valenzuela nos convocó hace unos meses porque había una preocupación muy grande por el aumento de la violencia intrafamiliar en el sector rural durante la pandemia y a partir de esa idea, que puede parecer puntual, fue abriéndose el tema de la brecha digital en el mundo rural. Así como existe una brecha digital en todo el país, cuando se va al mundo rural se ve que esto se acentúa y, por lo tanto, tenemos que poner mucho foco y estamos elaborando un proyecto de manera colaborativa con el Ministerio de Agricultura para llegar con conectividad a los sectores rurales que tienen hoy menos penetración de servicios de internet y para llegar con alfabetización digital que es otro tema en el que hay una brecha en el mundo rural”, indicó el subsecretario de Telecomunicaciones, Claudio Araya.
En esta línea, en la actualidad, se lleva adelante el Proyecto Fibra Óptica Nacional y el Proyecto Conectividad para la Educación, inversión de recursos, entre ambos, de más de 88 mil millones de pesos, esfuerzos convergentes para los requerimientos de las 263 comunas rurales del país durante el período de ejecución que la Subtel considera para el 2022-2023.