Testimonios de El Litre y Palqui: Denodada lucha de los Campesinos por el Agua
El norte de Chile es agreste. La sequía hace estragos. En la localidad de El Palqui, catalogan este año como el más duro de todos, por la crisis sanitaria que atraviesa el país y el mundo, también porque se hacen insostenibles los cultivos. La esperanza dura poco y la incertidumbre teje sus telarañas. El año pasado llovió muy poco, este año fue peor.
“Las medianas y grandes plantaciones de mandarinas, paltos, parronales tienen agua. Se habla de los esos emprendimientos, pero no se habla nada de la pequeña agricultura. Siempre hablan de las grandes empresas, pero de la persona que cultiva un predio chico, que no pasa de mil metros, porque ya no tenemos agua, de eso no se habla”, señaló Guillermo Silva, el dirigente campesino.
Así como ven los terrenos de pequeños productores sin agua, también ven como las grandes empresas agrícolas tienen sus estanques llenos en Huatulame o en Tome Alto. “Entonces uno se pregunta por qué ellos tienen agua y nosotros no podemos tenerla, ni siquiera para una pequeña siembra de tomate”.
“Yo soy agricultor de la pequeña agricultura familiar, tengo agua por vertiente, mi pozo está inscrito y lo tengo todo legal, pero a unos 300 metros de mi predio se instaló una firma exportadora de uvas y cuando hacen funcionar las bombas me tocan mi pozo y me dejan sin agua”. “Yo fui a consultar sobre esa materia a las autoridades y me dijeron que si estuviera a 200 metros lo podría impedir, pero se instalaron a unos 350 metros aproximadamente. Perdí el 80% de los porotos que tenía sembrado, porque luego de sembrados ya no tenía agua para el riego”. No es fácil ser ciudadano en Palqui. Menos agricultor. La sequía no ha tenido clemencia a pesar de que le rezan a santos milagrosos.
Isabel Bugueño, de la zona de El Litre, resaltó que en los actuales momentos lo que buscan es salvar la cosecha de pepino de ensalada y viendo si “alcanzamos a cosechar el tomate”. “De 13 invernaderos, tuvimos que dejar siete sin sembrar porque no podíamos contar con agua, apenas tenemos cinco activos, y esperando poder cosechar algo. Sembramos a ver si contamos con agua para las próximas semanas. Pero hay que arriesgarse nomás, porque hay que seguir adelante como se pueda”, advirtió Bugueño.
“Antes había muchos agricultores de hortalizas en la zona de El Litre, pero muchos se han ido porque no pueden sembrar, otros se van al norte a trabajar. Somos poquitos los que quedamos. Hace tiempo éramos unos 30, y ahora en mi sector estoy quedando yo solamente. Es muy complicada la situación. En este lado de El Litre no somos más de 10 agricultores los que quedamos”.
“Yo soy agricultor de la pequeña agricultura familiar, tengo agua por vertiente, mi pozo está inscrito y lo tengo todo legal, pero a unos 300 metros de mi predio se instaló una firma exportadora de uvas y cuando éstas echan a correr las bombas me tocan mi pozo y me dejan sin una gota”- nos cuenta Emilio Cortés quien es arrendatario de un terreno en El Palqui, junto a otros doce productores, a razón de una hectárea cada uno.
De los doce que iniciaron, dos se retiraron porque no tenían condiciones para invertir y llegar hasta el final de la cosecha, por lo que congelaron la inversión porque no tenían cómo pagar el arriendo por el predio. “Nosotros por lo general utilizamos pura agua del río para el riego, pero con el poco deshielo, están por debajo de los límites para regar. Eso nos ha afectado. Tenemos apenas una hora de agua cada día, mientras lo ideal sería contar con al menos tres horas, por lo que claramente estamos trabajando a un tercio de la capacidad. Tampoco podemos sembrar en otros invernaderos, porque no tendríamos la capacidad de riego que requerimos”. Y mira hacia el horizonte como buscando respuestas en el cielo que en la tierra no encuentra. Y sus ojos se ponen vidriosos.